TRASTORNOS de PERSONALIDAD
- analavin1
- 1 sept 2020
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 30 sept 2020
El impacto que los Trastornos de la Personalidad y las psicopatías provocan en nuestra sociedad, en la manera de conductas desadaptativas, delincuencia, marginación y hasta la muerte, han alcanzado importantes dimensiones. (Jemar, 2015). Estos trastornos son, para el autor, el fracaso de la adaptación desde dos puntos de vista de deterioro de la identidad propia y/o de las relaciones con los otros. Representan la incapacidad de desarrollar un sentido de identidad. El que la padece no tiene auto concepto, ni auto control en sus impulsos. Además, en lo que a sus relaciones interpersonales se refiere, existe una desadaptación a las normas culturales establecidas. Presenta alteración en la empatía, en el ámbito de la intimidad y de la cooperación interpersonal. esta incapacidad es estable en el tiempo y se inicia a edad temprana.
Su origen se desarrolla en las perturbaciones en lo que el individuo piensa de si mismo y de los demás.
"Nuestra tarea sería inmensa si quisiéramos describir a todas las personalidades anormales. Pero se pueden separar a dos grupos a los que sufren por su anormalidad o a los que hacen sufrir bajo ella a la sociedad" (Schneider, 1950).
Se expresa a través de una búsqueda continua de confirmación externa, para “rellenar” y apoyar unas “insaciables necesidades afectivas” así como una baja autoestima.
Dentro del grupo de estos trastorno, uno de los más habituales o frecuentes es el TP de personalidad Limite o

. Una de las hipótesis sobre el origen de este trastorno es la que describieron Materson y Rinsley (1975), estos autores han conjeturado que en la base del Trastorno de Personalidad pueda haber una alteración en la sub-etapa de acercamiento en el proceso de separación-individuación del niño. Estos autores encontraron que las madres de los «pacientes límite» eran altamente conflictivas en cuanto al crecimiento de su hijo (debe crecer pero también debe seguir siendo pequeño). Como resultado, el niño recibiría el mensaje de que el hecho de madurar y convertirse en una persona independiente puede dar lugar a la pérdida del amor y del apoyo materno. De esta manera, seguir siendo dependiente constituye la única posibilidad de conservar el vínculo maternal. Este poderoso mensaje causaría una «depresión abandónica» cada vez que se abre la perspectiva de la separación y de la autonomía del niño. Esto conduciría a una escisión del otro como: a) amor gratificante, que apoya y da confirmaciones (asociándose con una representación del niño bueno, obediente y pasivo); b) crítico, malo, blanco de la ira, fuente de depresión, abandono y desesperación (asociándose con la representación del niño malo, culpable y desagradable). De esta manera el paciente con Trastorno de Personalidad permanecería fragmentado y convencido de que sólo hay dos opciones en la vida: sentirse abandonado y malo o bueno (cuando decide no crecer nunca).
Lo más importante a determinar es que tipo de TP presenta el individuo, ya que esto determinará el pronostico de la patología. Existen pacientes de tipo R (sin conciencia de trastorno ni motivación para el cambio) y de tipo S (con conciencia y motivación para la terapia), estos últimos con mejores chances de mejoría.
Vivimos en una sociedad que "no sabe que hacer", o lo que es mucho más grave " no se hace cargo" de los individuos que incurren en este tipo de conductas que resultan muy nocivas para la organización armónica de la convivencia social, por lo cual el tratamiento es muy dificultoso. El trabajo cognitivo conductual estará en primer plano, para así lograr una mejor adaptación a nuevas situaciones. Se puede asociar con: terapia ocupacional, músico terapia y el deporte, ademas el arte y otras disciplinas pueden generar aportes valiosos y abordaje exitoso para lograr y conservar mejor calidad de vida del paciente.
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