Síndrome de la " PUERTA CERRADA"
- analavin1
- 2 ago 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 30 sept 2020
Ya van casi cinco meses que nos encontramos en confinamiento obligatorio a causa del COVID-19. Entendemos la importancia de permanecer en casa, pero nos encantaría salir al exterior y socializar, cansados de mirar a las pantallas de nuestros dispositivos electrónicos. Sin embargo, existe un numeroso grupo de personas cuya vida no se ve afectada en absoluto por el aislamiento, pues hace años que practican el distanciamiento social encerrados en sus apartamentos de forma voluntaria. Son los hikikomori, los ermitaños del siglo XXI, fenómeno que comenzó en Japón y que se ha extendido más de lo que podríamos pensar.
No en vano, no se trata de un fenómeno exclusivo de Japón: se han registrado casos en Corea del Sur, Hong Kong, EEUU o incluso España, donde se le conoce como “Síndrome de la Puerta Cerrada”. ¿Es este un grupo pionero que marcará las normas sociales del futuro?¿tenemos representantes de este grupo en nuestra comunidad? yo creo que si. La primera persona que habló sobre este fenómeno fue el psicólogo japonés y profesor de la Universidad de Tsukuba, Tamaki Saitō, en su libro Hikikomori: Adolescence without End, editado por primera vez en 1998. De hecho, fue él quien inventó el término y que, al español, podría traducirse como retirarse (hiki) y entrar (komoru). Sin embargo, fue en España donde lo nombraron como Síndrome de la puerta cerrada. Se considera que quienes lo padecen son aquellas personas que permanecen en sus casas durante un periodo mínimo de seis meses y que salen solo a comprar lo esencial. Es más prevalente en hombres adolescentes, no obstante también hay adultos jóvenes y mayores que lo padecen. Como es tan nuevo –y aún no se encuentra en los manuales de psiquiatría– es difícil definir los rasgos característicos, pero son individuos que evitan a toda costa la interacción social y las relaciones interpersonales. Y que, para ser diagnosticados, deben permanecer un periodo determinado de tiempo encerrados” (Luzuoro, 2019).

Teniendo en cuenta la cantidad de días que nos encontramos encerrados, y que la conectividad es casi nuestro único acercamiento a los otros ¿Será posible, entonces, que el aislamiento nos termine convirtiendo en Hikikomoris? “Es importante aclarar que en esta pandemia no ha habido aislamiento social, sino que solo físico. Pese a que estemos encerrados, continúan los vínculos sociales. La gente está trabajando, hay relación por medio de la tecnología o incluso con quienes se comparte el mismo espacio. Lo único que ha cambiado es la manera de hacernos presente y la sociedad ha seguido funcionando porque sus principales sistemas (Mercado, Estado, Cultura) no se detienen”...“Seguramente hay muchas personas que deben estar con cierto temor a volver a la normalidad y que descubrieron que este aislamiento les acomoda. (Luzuoro, 2019) Pero eso es absolutamente esperable y no significa que estén desarrollando un síndrome. El ser humano es muy adaptativo y puede volver a RECONSTRUIR y RESIGNIFICAR su manera de sociabilizar. Por eso se adapta al encierro, como también a la vida fuera de éste”. Los tiempos para adaptarse son los de cada uno. Pero si el malestar perdura y genera incomodidad, hay que darse lugar para la consulta a un profesional.
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